Los bolicheros se caracterizan por competir por quien tiene el mejor celular, gastarse la mitad de su sueldo en tragos y hacer del sábado a la noche lo que el domingo a la mañana es para un religioso.
Su misión es levantarse a una mina o a varias en una noche. Para eso primero “toca” con sus pegajosas manos transpiradas a cualquiera que pasa con una remera simpática, un escote llamativo o una pollera muy corta. El bolichero nunca se acerca a la que mira de costado en un grupo de chicas. No. El bolichero tiene una clara misión: Ponerla esta noche.
Salen de a grupo. A veces son una dupla como la de Batman y Robin. A veces son grupos de 4 a 5.
Y entonces, tal vez en un bondi, tal vez en la calle o en la peatonal, te ves rodeada por una manga de boludos con olor a alcohol y con pocas ganas de conocer el anonimato. Siempre está el de la cara de la tengo re clara que indiscutiblemente va de la mano con algún peinado raro.
Yo no tengo nada en contra de la cumbia, de la música electrónica ni nada en contra de del rock, pero detesto a los cumbiancheros, a los boluditos que escuchan sólo a djs, y a los rollingas cuando están en patota. Todos los extremos son malos y yo detesto las patologías colectivas. Pero los sábados a la noche odio todo eso a un grado exponencial. La razón es simple: todos y cada uno de estos grupos tienen su lugar y van en masa a su santuario para seguir el ritual: El boliche.
El boliche es la oda a la histeria, al piso pegoteado, al baño en estado calamitoso y al levante deportivo. Nada más horrible que terminar sosteniéndole la cabeza en el baño a una desconocida de pura solidaridad, por tu culpa, bolichero, que te propusiste emborracharla desde que entraste por la puerta.
A vos, pendejo que no sabes ponerte un límite con el tema del gel, a vos te digo: ¿Si paso mi mano por tu pelo sale de ahí? A vos que tenés la remerita nueva y el piercing de moda en la ceja izquierda: ¿Pensás que con eso vas a levantar? A vos que pones música con el celular y que decís a los gritos “Ahora el bondi es un boliche”, a vos te pregunto: ¿Y si yo no quería ir a bailar, ingrato maloliente?
A todos ustedes les hablo para que abran los ojos. No se hagan los tontos. Si, a ustedes. Porque lleven lo que lleven puesto, una camisa roja con los botones abiertos y en la mano un vino en caja, una remera de marca o de diseñador y los ojos delineados, una remera de los Stones, jean gastado y toppers blancas, a todos ustedes les digo: piensan que son distintos pero son iguales, de la misma calaña.
Son bolicheros.
Su misión es levantarse a una mina o a varias en una noche. Para eso primero “toca” con sus pegajosas manos transpiradas a cualquiera que pasa con una remera simpática, un escote llamativo o una pollera muy corta. El bolichero nunca se acerca a la que mira de costado en un grupo de chicas. No. El bolichero tiene una clara misión: Ponerla esta noche.
Salen de a grupo. A veces son una dupla como la de Batman y Robin. A veces son grupos de 4 a 5.
Y entonces, tal vez en un bondi, tal vez en la calle o en la peatonal, te ves rodeada por una manga de boludos con olor a alcohol y con pocas ganas de conocer el anonimato. Siempre está el de la cara de la tengo re clara que indiscutiblemente va de la mano con algún peinado raro.
Yo no tengo nada en contra de la cumbia, de la música electrónica ni nada en contra de del rock, pero detesto a los cumbiancheros, a los boluditos que escuchan sólo a djs, y a los rollingas cuando están en patota. Todos los extremos son malos y yo detesto las patologías colectivas. Pero los sábados a la noche odio todo eso a un grado exponencial. La razón es simple: todos y cada uno de estos grupos tienen su lugar y van en masa a su santuario para seguir el ritual: El boliche.
El boliche es la oda a la histeria, al piso pegoteado, al baño en estado calamitoso y al levante deportivo. Nada más horrible que terminar sosteniéndole la cabeza en el baño a una desconocida de pura solidaridad, por tu culpa, bolichero, que te propusiste emborracharla desde que entraste por la puerta.
A vos, pendejo que no sabes ponerte un límite con el tema del gel, a vos te digo: ¿Si paso mi mano por tu pelo sale de ahí? A vos que tenés la remerita nueva y el piercing de moda en la ceja izquierda: ¿Pensás que con eso vas a levantar? A vos que pones música con el celular y que decís a los gritos “Ahora el bondi es un boliche”, a vos te pregunto: ¿Y si yo no quería ir a bailar, ingrato maloliente?
A todos ustedes les hablo para que abran los ojos. No se hagan los tontos. Si, a ustedes. Porque lleven lo que lleven puesto, una camisa roja con los botones abiertos y en la mano un vino en caja, una remera de marca o de diseñador y los ojos delineados, una remera de los Stones, jean gastado y toppers blancas, a todos ustedes les digo: piensan que son distintos pero son iguales, de la misma calaña.
Son bolicheros.
uuu danee te pasatee jajaj muy bueenooo :D te amooo ♥
ResponderEliminarme gustaria leer el resto de la lista de hombres.. quisiera saber en cual entraria yo.. jajaja
ResponderEliminarun gusto hablar con vos niña..