Del libro "Matemos a los Ex"

(Una historia que me conmovió mucho, y más que eso me fortaleció mucho más)
Paula, 28 años, de Córdoba.

Llegó un momento del duelo en el que empecé a salir con otros hombres, a veces con más suerte que otras. Un par de noches volví desecha, me topé con cada tarado que me hacía recordar cuánto extrañaba a mi ex. A la distancia uno añora los buenos momentos, los inicios de la relación donde tan felices éramos y no podía creer tener que volver a empezar. Pero también pensaba que por algo se había terminado y estaba convencida que tenía que seguir adelante.

En uno de esos encuentros armados, ésta vez por un compañero de trabajo, quedé deslumbrada. Estábamos jugando al bowling con los chicos de la oficina y cayó él de “sorpresa”. No podía creer lo lindo que era, a los dos minutos ya hablábamos como si nos conociéramos de toda la vida. Al otro día nos vimos solos, fuimos al cine y un día después se quedó a dormir en mi casa. Nos hicimos inseparables y nos reíamos mucho juntos.

Una semana después me mandó un mensajito mi ex, decía que me extrañaba y pretendía pasar a buscar algunas cosas que aún tenía en mi casa. 

Contraté un auto, puse todos sus bártulos en el baúl y le pedí que no me llamara nunca más: “¿Te acordás que hasta hace unas tiempo atrás te pedía por favor una oportunidad y vos me decías que mejor no, que no perdamos más tiempo, que sigamos adelante? Te hice caso, tengo un hermoso hombre durmiendo al lado mío desde hace una semana. Gracias por el consejo, me ayudaste un montón. Un beso, ahí deben estar por llegar tus cosas”. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario