Cómo puede ser, que algo tan nuestro se halla terminado. Como fue que tan rapido nos olvidamos de los momentos que pasamos, dónde se fueron los recuerdos que alguna vez fabricamos para que, en un futuro, lejano o cercano, tenerlos en nuestra memoria con alegría. Me dejaste ir, y yo misma me dejé escapar. Estoy perdida, una vez más, me estoy ahogando y no te das cuenta de todo lo que te necesito y necesité siempre. Siempre digo, que generalmente los sentimientos, no están atados a la cordura; y eso es justamente lo que me pasa. Esta vez te necesito, no se porque, o de donde salió esto, pero te necesito. Se que volver a vos, sería empezar otra guerra, y lo que ahora necesito, es un soplo de paz, que calme el vacío que dejaste. Me abriste el alma, el pecho en dos, con un flechazo certero. Me dejaste sola, abrazada a esta sarta de miedos nuevos, que hoy gracias a vos tiemblan. Pero estoy esperando que el pulso no me tiemble más, que la voz me ayude, y poder decirte todo esto aunque sea en la cara. Necesito algo que me de cierto coraje, pero como ese siempre fuiste vos, ahora soy nada más que una cobarde a quién atormentar con el pasado que nunca me dejás olvidar, ahora decime, ¿Que hago yo con el mundo que me inventaste? ¿Como deshacer las dudas que dejaste flotando en mi? ¿Que hago con el insomnio dónde sos el protagonista todas mis noches? Tantas preguntas y como siempre.. ni una respuesta.
Habrá que guardar lo que siento en la heladera, por si volvés, o dejarlo al tiempo, a ver si se queda.. o se vá.
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