Me moría de ganas de decirle que lo quiero mucho y muchas otras cosas más. Pero por alguna extraña (o no) razón, me reprimía. Era el impulso de gritar a los cuatro vientos todo lo que sentía, y veinte manos tapando mi boca. Tengo miedo.
Se lo dije.
No fue suficiente (para mí). No me alcanzó para decirle que practicamente cambió mi mundo (otra vez) en un día. Pero la razón no me dejó hacer mucho más. Dale que va; el maldito amor que tanto miedo da... (ya empieza a ser un rezo esta frase), por una vez quiero hacer las cosas bien, y esperar, y no dejar que me derrote la ansiedad.
Ansiedad me hacés mal. Es poco recién. Andate. Chau. Ansiedad no vengas más. No quiero ser yo la que de el paso. O ¿sí quiero?. No. Sí. No sé. Ay!. Dejame en paz ansiedad. Esta vez voy a esperar. No me vas a ganar una vez más. Soy fuerte, sí lo soy. Mirá como resisto. Sean 5 meses o 2 años. Mentira. Un poco nomás, más no. Ansiedad andá con él. Yo ya estoy lista.
No hay comentarios:
Publicar un comentario