Buen estratega

Hace poco te metiste en mi cabeza y en mi cuerpo, no me dejás concentrar y hasta interferís en mis sueños. Queres reinar en mi reino, y por mas que no quiera, sabés bien que lo vas a lograr. Dejaste de ser ya un eco casi imperceptible en mi vida, y ahora ya no puedo manejar mi idea de estar sola. Igualmente, todavia no me desvelaste del todo. La estantería sigue inamovible como siempre.

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